Un final polémico deparó el Clásico Santiago Luro (G2 -1200 metros), el primer cotejo jerárquico en el que los potrillos doblan el codo en el Hipódromo Argentino de Palermo. En la pista se impuso He´s Cool (Endorsement), que arribó al disco con un cuerpo y medio de ventaja sobre Goteo Key (Key Deputy), pero por una aparente molestia ocasionada a poco de ingresar al derecho final el representante del stud Nuestras Hijas fue distanciado al segundo lugar y la celebración quedó para los allegados al haras El Alfalfar.

La carrera tuvo como protagonista estelar al conducido por Cristian Velázquez, que en un primer momento fue seguido por Yuto Bataraz Key (Key Deputy), que corrió en yunta con el vencedor, Aldasoro (Angiolo) y Fiel Amigo (Violence), mientras Altair Domingos dejaba en quinto lugar a su conducido. Al ingresar al derecho final, el pupilo de César Zapico cerró su línea hacia los palos, pero dio la impresión que lo había hecho con cierta luz. No pensó lo mismo la gente del Comisariato, que hizo caso al reclamo de Domingos, quien debió levantar a su conducido y corregir la línea, para luego ir en busca de una victoria que consiguió después que los encargados de tomar la decisión cambiaran el marcador.

En el disco, Goteo Key llegó a un largo y medio de He´s Cool, mostrando guapeza para contener a Fiel Amigo, que llegó tercero a la línea de sentencia. El desenlace, al que arribaron en 1m10s32/100, es discutible. Pudo haber sido para uno o para el otro, pero había que tomar una decisión y el Comisariato se inclinó por relegar al potrillo de la caballeriza Nuestras Hijas al segundo.

Más allá de la polémica, Goteo Key mostró una importante evolución para lograr la segunda victoria de su campaña, conseguida en el mismo escenario en el que salió de perdedor. Diego Peña orienta a este hijo de Última Gota Cat (Easing Along), una vencedora de cuatro carreras, que, con los mismos colores, supo imponerse en la versión 2009 del Clásico Carlos Tomkinson (G2-1600 metros).

Esa versatilidad de su madre, que ganó dos en 1200 metros, una en 1400 y una en la milla, hacen que sus propietarios se ilusionen con ver al potrillo más allá de las pruebas de velocidad. Habrá que ver cómo da sus próximos pasos en la dura ruta del proceso selectivo argentino.